lunes, 3 de febrero de 2014

"El único partido verdaderamente nacional en España se llama UPyD"- Rosa Díez

-Dicen por ahí que cualquier tiempo pasado fue mejor. Más allá de lo personal, esto debe sonarle a broma. 

-Siempre hay momentos mejores y peores a lo largo de una vida. No comparto esa idea ni en términos personales ni políticos. Yo no tengo nostalgia ni reniego, simplemente aprendo del pasado. 








-UPyD es un claro ejemplo de culto a la personalidad... 

-No. 


-Usted cree que no. 

-No. 

-A la suya en concreto. 

-No. 

-No comparte ese criterio. 

-No es que no lo comparta, es que no es verdad. 

-UPyD sin Rosa Díez no sería nada. 

-No, eso no es verdad. 

-¿Es un partido ya maduro? 

-Claro. 

-¿Está preparado para ser un partido de gobierno? 

-Siempre fue un partido de gobierno. Nació con esa vocación. Lo demostramos cada día en las instituciones donde estamos y en las que no estamos lo demostramos haciendo propuestas alternativas en la calle, como aquí en Andalucía, haciendo lo que no hacen los que están en el Gobierno, con una recogida de firmas para legislar una nueva ley electoral más justa. Sí, somos un partido de gobierno, nacimos con esa vocación, con propuestas que nos caracterizan. El bipartidismo se muere y frente al bipartidismo hay una alternativa política que se llama Unión, Progreso y Democracia. 


-Una ley electoral más justa. Es su gran caballo de batalla. 

-Es uno de ellos. 

-Parece una batalla perdida. 

-¿Cómo va a ser una batalla perdida? Si fuera así no la daríamos. Y la vamos a ganar porque es lo que requiere la justicia, la igualdad de los españoles a la hora de elegir a nuestros representantes, que el voto de cada uno valga lo mismo, al margen de la parte de España donde vivamos y de la opción política a la que votemos. ¿Cómo va a ser una batalla perdida la defensa de la igualdad? Es la batalla de las batallas. La batalla por la igualdad es lo que hace necesaria a la política, que la hagamos y que nos impliquemos. 

-Ya, pero lamentablemente los dos grandes partidos no están por la labor de reformar la ley electoral. 
-Pero los dos grandes necesitan ganar elecciones y cuando los ciudadanos demandan reformas legislativas como en este caso, terminan adaptándose porque no les queda otra. Ni el PP ni el PSOE quieren modificar la ley electoral porque les permite mantener la alternancia, pero accederán a cambiarla cuando un partido les ponga esa condición para darles la mayoría. Si Izquierda Unida, por poner un ejemplo visible en Andalucía, hubiera puesto esa condición en vez de una vicepresidencia y varias consejerías, pues el PSOE hubiera cambiado la ley electoral. 

-Dice usted que hay millones de españoles que son de UPyD que no lo saben. ¿Dónde pescan usted y UPyD más votos, a la derecha o a la izquierda? 

-Los términos de derecha o izquierda no definen bien lo que son los ciudadanos. La cosa es mucho más compleja, hay muchos más matices. Los votos no son de un partido sino de cada ciudadano, que ejerce su derecho, ojalá, con libre albedrío. A nosotros nos votan ciudadanos que han apoyado tradicionalmente al Partido Socialista, otros del Partido Popular y muchos, muchísimos, nos votan sin haber votado a nadie antes. 

-La frase es suya: "UPyD es de centroizquierda, pero no le importa jugar y meter goles por la derecha". Eso desconcierta a mucha gente... 


-¿Usted cree que eso desconcierta a mucha gente? Lo importante es conseguir los objetivos de igualdad, libertad y justicia sin traicionar ninguno de los postulados ni propuestas electorales. Hay que salir como si fuera un partido de fútbol, porque eso era un símil futbolístico, para meter el gol y ganar el partido haciendo buen fútbol. Para servir al ciudadano hay que ser fiel al programa, a los principios y jugar buen fútbol político, con coherencia, corresponsabilidad y no faltar a la palabra dada. 

-¿Es UPyD inclasificable pues? 
-No. Somos un partido nacional, progresista, que defiende la unidad de la nación española, la igualdad de todos los españoles y un modelo federal del Estado. Somos perfectamente clasificables, no por lo que decimos sino por lo que hacemos. Estamos totalmente comprometidos con la regeneración democrática. Todo eso nos clasifica. No lo que otros dicen de nosotros, sino lo que hacemos. 

-Obras son amores. ¿Qué le parece la labor del presidente del Gobierno ante el desafío independentista en Cataluña? 

-El presidente del Gobierno tiene una actitud general que le ha llevado al poder de no hacer nada, de a ver si se cansan los otros antes que yo. Ante la pulsión secesionista del nacionalismo catalán, el Gobierno ha mirado demasiado tiempo para otra parte, como si aquello se fuera a resolver cuando se resuelva la situación económica. Pero los problemas se resuelven afrontándolos. Y en Cataluña tenemos uno. La pulsión secesionista es muy mala para el conjunto de los españoles, para los catalanes en primer lugar. 
-Esa pulsión crece como una bola de nieve, ha tomado la calle, ¿la suspensión de la autonomía es una posibilidad a tener en cuenta? 


-Está en la Constitución. Si hace falta para defender el interés general, pues sí. 

-¿La ve cada vez más plausible tal como van las cosas? 

-No lo sé. Las leyes no hay que verlas como una amenaza sino como una garantía para todos los ciudadanos de que se defenderá el interés general. La ley debe ser igual para todos y se deben acatar las sentencias judiciales, también el presidente de una comunidad autónoma. Esto es algo evidente que en las democracias serias ni hay que discutirlo, pero en España desgraciadamente hay que explicarlo. 

-Explicaciones es lo que reclaman sectores del colectivo de víctimas desencantados con la política antiterrorista del Gobierno, hasta el punto de que el señero ex militante popular José Antonio Ortega Lara abandera ese nuevo partido llamado Vox. ¿Qué opina? 

-Mi opinión como ya se sabe es crítica con el Gobierno, que no está haciendo lo que debiera y ha cambiado sustancialmente su política. 

-UPyD aboga por la ilegalización de los actuales herederos de Batasuna con representación institucional, Sortu o Bildu. ¿Eso no sería ir hacia atrás? 

-¿Cumplir la ley es ir hacia atrás? 

-Pero tienen detrás una voluntad popular. 

-¿Y qué? ¡También a Hitler le votaban y mire! 

-¿No hay que hacer ningún tipo de gesto o concesión para dar la puntilla a ETA? ¿No está Rajoy también demasiado rígido en este terreno? 

-Lo que hay que hacer es iniciar un procedimiento de ilegalización de las marcas electorales de ETA. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos también dijo en su sentencia sobre Inés del Río que cuando un partido político no condenara la historia del terrorismo y sus actos se podría iniciar un procedimiento de ilegalización. ¿Qué pasa, que cumplimos las sentencias de Estrasburgo cuando se trata de poner en la calle a los terroristas y no cuando se trata de que se cumpla la ley? 

-¿Monárquica o republicana? 

-Lo que yo sea personalmente no tiene mucha importancia. UPyD se siente cómoda con la Monarquía parlamentaria, con una Casa Real sometida al principio de transparencia como lo estaría la presidencia de una República. 

-El Príncipe acaba de cumplir 46 años. ¿Está llegando el momento del relevo en la Jefatura del Estado, más con la que está cayendo con el caso Nóos? 


-El momento del relevo no es desde nuestra perspectiva lo más importante. Que el Príncipe sustituya al Rey no resuelve los problemas. Hay que desarrollar el Título II de la Constitución y el encaje de la Monarquía en el siglo XXI. El problema de fondo no es quién es el Jefe del Estado, sino cómo debe comportarse el Jefe del Estado. 

-¿Somos todos iguales ante la ley a la vista del proceso judicial contra la Infanta? 

-Considero que todos debemos ser iguales ante la ley. En la práctica no lo somos. Pero no sólo por el caso de la Infanta, sino por muchos otros. Aquí en Andalucía hay centenares de imputados y preimputados, esperando a ser juzgados por el Supremo o por el Tribunal Superior de Justicia. 

-Viene a la cabeza UGT, donde usted comenzó su carrera política. Quién la ha visto y quién la ve. 

-Los mismos que me han visto me ven... 

-Me refiero al sindicato. 

-Lo que decía antes de la Casa Real. UGT también debe estar sometida a as leyes y controles, estaría bueno. Los responsables tendrán que pagar con su responsabilidad de todo tipo, desde la penal a la patrimonial o a la política. Lo digo para UGT, para el PSOE o para cualquiera. Esta impunidad que existe en España es algo que resulta absolutamente incompatible con la democracia. 

-¿PP y PSOE no tienen la voluntad de combatir la corrupción de forma eficaz? 

-Tendrán que hacerlo, porque hay un clamor en la sociedad. Si los dos piensan que cuando se supere la crisis las cosas volverán a su cauce y la gente dejará de exigir mayor y transparencia, están completamente equivocados. 

-En esas andan otras formaciones como Ciutadans. Su relación parece nefasta. ¿Se plantean algún tipo de alianza? 

-¿De dónde saca que nuestra relación es nefasta? 

-De que usted no quiere saber nada de Albert Rivera, que ya le ha tendido varias veces la mano para aunar fuerzas. El propio Fernando Savater (uno de los promotores de UPyD) abogó en el II congreso del partido por esa alianza y usted nunca ha estado por la labor. 

-Nosotros nos entendemos con todos en las instituciones pero no hacemos coaliciones preelectorales con nadie, no vamos a ir con nadie, ni con Ciudadanos ni con el PSOE ni con el PP ni con IU ni con cualquier partido que nazca hoy, mañana o pasado, pero eso de que nuestras relaciones son nefastas no sé de dónde lo saca. No estamos juntos en ninguna institución, pero personalmente tenemos unas relaciones estupendas, cada uno desde su autonomía. UPyD no tiene malas relaciones con ningún partido político, con el único que no nos hablamos es con Amaiur y con Bildu. Nosotros siempre vamos solos a las elecciones. Ciudadanos fue a las últimas europeas con un partido de extrema derecha antieuropeísta. Nosotros no. Ni con uno de extrema derecha, ni de extrema izquierda o extremo centro. 

-En Andalucía le está costando consolidarse. 

-En las autonómicas sacamos 130.000 votos (la cuarta fuerza más votada) y en las generales más de 200.000. 

-Pero se ha quedado fuera del Parlamento andaluz. 
-Todos esos ciudadanos que nos votaron en Andalucía no tienen representación, por eso hay que cambiar la ley electoral, no porque perjudique a algún partido sino porque hay ciudadanos maltratados por ella. En el tránsito de la dictadura a la democracia, el legislador tenía miedo de que hubiera treinta partidos políticos en el Parlamento y no fueran capaces de ponerse de acuerdo. Es una ley profundamente injusta y a la luz de la experiencia sabemos que hay que revisarla. Igual que hay que abrir las listas, permitiendo a los ciudadanos que las ordenen. Hay que seguir el ejemplo de los países serios de nuestro entorno. Alemania revisa de vez en cuando incluso la distribución competencial. 

-Los otros grandes caballos de batalla de UPyD son la defensa de la unidad de España, acabar con ETA sin gestos o concesión alguna, la reforma del modelo de Estado. ¿Algo más? 

-¿Le parece poco? 

-¿Alguna prioridad? 

-La regeneración democrática, las instituciones independientes, desde la justicia hasta los órganos reguladores, la reforma de un modelo elefantiásico lleno de duplicidades inviable desde un punto de vista económico y político. Si no resolvemos esto es imposible resolver los problemas económicos. 

-Su antigua casa, el PSOE, tampoco levanta cabeza y no sabe aprovechar el desgaste del PP. 

-El Partido Socialista tiene un problema de definición, no sabe lo que quiere ser de mayor y si has dejado de ser un partido para ser varios partidos con posiciones distintas en cada uno de los lugares de España tienes problemas para hacer un discurso nacional y hacer entender a la gente lo que pides. 

-Dice que el bipartidismo está herido de muerte. ¿Su fin lo barrunta más pronto que tarde? 

-En España vivimos una situación bastante anómala en términos democráticos. Somos el único país de Europa de nuestro entorno en el que el que le da la alternativa para hacer políticas nacionales a cualquiera de los dos grandes partidos son partidos nacionalistas que no creen en el Estado ni en la nación española. Acordar el modelo territorial con un partido que no cree en el Estado es un problema y eso ha ocurrido en España demasiadas veces. Pero quien crea que el problema de España son los nacionalistas está profundamente equivocado, los nacionalistas han existido siempre, el problema de España es que no hay partidos nacionales grandes como los había antes y que el único partido verdaderamente nacional que se presenta en toda España con la misma posición política, el mismo discurso, el mismo programa, la misma oferta a los ciudadanos se llama Unión, Progreso y Democracia. Ni el PSOE ni el PP tienen un proyecto nacional y no lo defienden igual en toda España. Un país que no está más que vertebrado por el AVE tiene un problema muy serio. 

-¿Con cuántos diputados se conforma en las próximas elecciones generales? 


-No me conformo con nada, no tenemos techo. 

-Han pasado de un escaño en el Congreso a cinco, ¿cuál puede ser la próxima estación? 

-Queremos ser una alternativa al PSOE y al PP, ese es nuestro techo, conseguir los suficientes apoyos para demostrar que en España se puede hacer otra política. No es un problema de números. Nuestra aspiración no tiene más límite que ese. 

-Se siente fuerte. Es la más valorada de los dirigentes políticos, pero ese empuje no se traduce en un aumento de los afiliados a UPyD. 

-Se traduce en un incremento de votos. No tiene nada que ver el número de afiliados. 

-Pero es curioso que crezca en intención de voto y pierda afiliados. ¿Por qué? 

-Eso no es verdad. UPyD crece desde que nació. Siempre se dan de alta más de los que se dan de baja. Somos un partido que crece en afiliación y en número de simpatizantes en una progresión casi constante. Y además creemos firmemente que debemos autofinanciarnos. Por eso tenemos una cuota de 20 euros al mes y el que no la paga, a los cinco meses es dado de baja. Nosotros no inflamos nuestra afiliación. Ahora con la crisis tenemos una cuota reducida de siete euros, pero siempre hemos seguido creciendo. Pero dicho esto, lo mas importante es que multiplicamos por cinco el número de votantes.

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