viernes, 25 de abril de 2014

Benidorm documenta 30 años de promoción

Una playa artificial, con arena y sombrillas y que ocupaba una superficie de 130 metros cuadrados, fue el primer estand que el diseñador municipal, Alejandro Guijarro, elaboró en 1984 para mostrar los encantos de Benidorm al mundo en la Feria Internacional de Turismo, Fitur.
Entonces, su montaje costó al Ayuntamiento 1.151.300 pesetas. Veinticuatro años después, en plena burbuja económica de 2008, el recordado expositor con el lema «I love Benidorm» disparó los gastos hasta los 397.903 euros, siendo el estand más caro de cuantos ha financiado el Ayuntamiento y que alcanzó una superficie total de 270 metros cuadrados. Estos datos, junto a los de otros 28 proyectos realizados por el propio Guijarro, se agrupan ahora en un libro-CD que ha editado el Ayuntamiento de Benidorm para documentar negro sobre blanco la historia de la promoción turística de la ciudad del turismo por excelencia.
El alcalde de Benidorm, Agustín Navarro, y el encargado de definir en los últimos 30 años la imagen promocional en Fitur, presentaron ayer la obra realizada en la imprenta municipal y que se completará con una exposición que podrá visitarse, desde el 29 de abril al 15 de mayo, en el vestíbulo del Ayuntamiento. «Es una muestra que nadie relacionado con el turismo puede perderse», destacó ayer Navarro.
Tanto el libro como la exposición hacen un repaso de cómo ha evolucionado la presencia de Benidorm en Fitur y, además, de cómo ha enfocado su marca hacia un público u otro en función del mercado objetivo que a lo largo de estos 30 años ha buscado la ciudad como cliente.
«Parque de atracciones», «Por mil razones», «La terraza de Europa», «De fiesta», «Digno de ti» o «Vacaciones todo el año», son algunos de los lemas que se emplearon en estas tres últimas décadas para acompañar la marca de la ciudad, algunos de los cuales le valieron al Consistorio hasta once premios y menciones especiales por parte de la organización de la feria en reconocimiento a la apuesta promocional desplegada en Fitur.
«Siempre he trabajado con total libertad y sin consignas de ningún político, excepto el año en el que se inauguró el Ayuntamiento, cuando el entonces alcalde Vicente Pérez Devesa pidió que al año siguiente –en 2004–, se hiciera una réplica del edificio», que acabó ocupando 120 metros cuadrados y costando 220.000 euros a las arcas municipales, destacó ayer el diseñador. Entre otros aspectos destacados llama la atención que, hasta 1990, los expositores fueron construidos por trabajadores de los Servicios Técnicos municipales y a partir de esa fecha, con alcaldes socialistas y populares, se encargaron durante 20 años hasta 2010 a la misma empresa, Hermanos Molinos SL. Entre 2010 y 2013 se contrataron a distintas mercantiles y a partir de este último año, al igual que en 2014, la Conselleria de Turismo comenzó a gestionar la adjudicación, al agrupar toda la oferta de la Comunidad en un único expositor.
De entre los 30 proyectos realizados, Guijarro eligió ayer como su favorito el más cuestionado por los políticos, tanto de la época como por el alcalde actual: el que realizó en 1988, titulado «Marcando futuro», de estética futurista, que incorporaba incluso imágenes en 3D, y que costó 7 millones de las antiguas pesetas.

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