jueves, 17 de abril de 2014

Benidorm pide a Tráfico regular el permiso de conducción para los enfermos de alzhéimer

La Policía Local de Benidorm y la asociación comarcal de enfermos y familiares de enfermos de alzhéimer AFA-Marina Baixa han trasladado a la Jefatura Provincial de Tráfico de Alicante una solicitud para que la Dirección General introduzca cambios en la actual normativa de circulación encaminados a regular la conducción en personas que padecen alzhéimer. La propuesta, según fuentes policiales, ya ha sido remitida desde Alicante a Madrid, donde ha generado «gran interés» por parte de la directora general, María Seguí, que realizará un estudio sobre la viabilidad de establecer una instrucción o un protocolo a nivel nacional en esta materia.
La propuesta impulsada desde Benidorm se produce a raíz de una doble problemática. Por un lado, la Policía Local ha detectado «demasiados» casos de conductores que van al volante desorientados, con síntomas de padecer algún tipo de demencia, y que, en ocasiones, han provocado algún incidente en la vía pública, según explicaron fuentes de este cuerpo. Por otro, la asociación comarcal AFA ha recibido numerosas peticiones de ayuda por parte de hijos, esposos, etc. de enfermos de alzhéimer, que no sabían cómo actuar para impedir que su familiar siguiera cogiendo el coche, pese a tener ya diagnosticada y en un estado avanzada la afección. «El enfermo no es consciente que de un día para otro tiene que dejar de hacer algo que ha hecho toda la vida y a nivel legal hay un vacío enorme en este aspecto», explicó la psicóloga de AFA, Beatriz Albadalejo.
De hecho, aunque a la hora de renovar el permiso de circulación el paciente sí podría tener problemas a la hora de superar algunos de los test para obtener el certificado médico, el principal vacío radica en la fase inmediatamente anterior. El Real Decreto 818/2009, de 8 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento General de Conductores, establece un plazo de vigencia de diez años en los carnés de conducir en personas menores de 65 años y, a partir de ahí, la necesidad de renovarlos cada cinco. La psicóloga de AFA-Marina Baixa y su presidenta, Garbiñe Mondragón, explicaron que, hasta que el enfermo no tiene que acudir a renovar el carné, «no hay nada que le impida coger el coche», tan sólo una recomendación del neurólogo para que no conduzca, pero sólo a título individual, puesto que a situación del afectado no se comunica a ninguna otra instancia para cumplir, entre otras, la Ley de Protección de Datos.
Un promedio «muy elevado»
Desde AFA-Marina Baixa y la Policía Local de Benidorm han trasladado a Tráfico la posibilidad de que, por parte de la Dirección General, pueda redactarse un protocolo específico para afectados por el alzhéimer o por cualquier otro tipo de demencia, encaminado a reducir el periodo de vigencia de los carnés y que estos se renueven en función de cómo evoluciona la enfermedad. «No se trata de quitar de repente el carné a todo el mundo sino de adaptarse a la situación de cada enfermo», señalaron ambas fuentes, «porque hay personas que en una fase inicial de la enfermedad siguen estando en condiciones para poder coger el coche y otras que no. Todo depende de cada uno», agregaron.
Aunque hasta la fecha no hay un estudio claro sobre la incidencia del alzhéimer en la siniestralidad al volante –«Es muy difícil de cuantificar, porque ninguna persona lleva su historial médico detrás», apuntan desde la Policía Local–, fuentes de AFA destacaron que, en los 19 años de historia de esta asociación en la comarca, «hay un promedio mucho más elevado de lo deseable de personas que cogen el coche sin tener al cien por cien» sus aptitudes psíquicas.
Además, trasladaron que en España hay cerca de 800.000 personas diagnosticadas de alzhéimer y que, paulatinamente, la enfermedad se detecta cada vez más en personas más jóvenes, por lo que «sin una regulación, puede acabar derivando en un problema aún mayor». Por último, destacan que la existencia de una normativa específica también permitiría «aliviar el peso de muchos familiares y cuidadores», para los que este asunto «se acaba convirtiendo en una carga añadida al daño moral en el enfermo y en la familia» que causa la enfermedad.

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