lunes, 25 de mayo de 2015

Unas elecciones a la española

Y llegó el día 25. Y, con él, la diversidad de resultados electorales. También las especulaciones sobre los posibles pactos de unos y otros. Pero hoy prima hablar sobre las conclusiones de estos comicios. Y qué quieren que les diga. Me siento triste. No por el resultado logrado en Benidorm, sino más bien por los desenlaces que pueden acarrear los mismos en las diferentes poblaciones. Y es que el panorama asusta. Y mucho.

Era la oportunidad histórica. Esa en la que podíamos dejar en la cuneta -políticamente hablando- a los mismos de siempre. Pero no. En vez de ello, hemos escogido renovarles por cuatro años más, como si corriésemos un tupido velo. Nos ha dado igual la corrupción, el paro, la pésima escena urbana con la que lidiamos, el turismo de baja calidad, las veces que nos han mentido; ha dado igual. Y así lo vemos reflejado, en primera instancia, en Alfaz Del Pi.  Un pueblo donde, nuevamente, ha elegido una legislatura socialista más y, emulando a los andaluces, han vuelto a votar a lo mismo y a los mismos. Un municipio donde, desde que Vicente Arques llegó al poder, el paro ha aumentado a raudales hasta llegar al incremento de un 265%, o lo que es aún más claro; de la cifra de 448 desempleados, a día de hoy son más de 1.100 los parados en l´Alfàs. Y por no mencionar las falsas promesas sobre el Centro de Día, el Hogar del Pensionista o la infinidad de imputaciones dictadas al equipo de gobierno, entre otras cosas. Pero cambiemos de tercio. 

Dejando de lado el voto emitido a los anclados a la política, al bipartidismo, a PP y PSOE, el voto otorgado al "cambio" ha sido aún peor de lo que esperaba. Hemos vuelto a demostrar que somos españoles. Y, como tales, actuamos a base de cadalso y navaja, a sangre y odio. Y cuando hablamos de cambio, en vez de votar a los sensatos, a los coherentes y moderados, nos sumamos al voto de la moda. Sí, nos subimos a la ola cuando ésta se encuentra en la cresta como grandes oportunistas que somos. Quien optó por Podemos votó por Pablo Iglesias y no por el candidato que se presentaba en su localidad -si es que había candidatura- o provincia. Y lo mismo con Albert Rivera. Pero son las modas y en suelo español acudimos a ellas cual rebaño de ovejas guiadas por el pastor. Pero el asunto sigue acrecentando sus males. El que decidió no votar a lo cool, a lo chic, a lo que se lleva ahora, prefirió al menos, en la Comunidad Valenciana, a Compromís. Y no es que tenga nada contra esta formación, pero ya saben ustedes que aborrezco los radicalismos y, como buen amante del valenciano como idioma, de las costumbres, virtudes y tradiciones de La Terreta, como hijo de aquí, me causa pavor que el catalanismo radical hecho partido cale en tierras valencianas. Pero así lo ha escogido el pueblo y sobre todo nuestros jóvenes, ya que los mayores aún siguen con las ideas fijas -la gran mayoría de ellos- y a estas alturas solo vale para ellos su partido de toda la vida. Pero así es la democracia. Un avance bienintencionado que a día de hoy se nos queda obsoleto, ambiguo y achacado a pesar de la corta vida de ésta.

Pero como a un servidor siempre le agrada sacar la parte positiva de todo, hasta de lo malo, me quedo con el gran resultado obtenido en Benidorm que, a pesar de los truhanes que han conseguido representación como paracaidistas de última hora poco democráticos por su forma de llegar a unas elecciones y el respaldo aún mayoritario de PP y PSOE, a la par destaco la gran pérdida de votos de estas dos formaciones y escisiones como el caso de Liberales que, sumando el número de votos de estos tres en 2011 que rondaban la cifra de 24.000, en estas elecciones municipales han perdido casi 10.000 apoyos y respaldos en las urnas. Y claro está que lo más fructífero de estos comicios ha sido la irrupción de Ciudadanos Por Benidorm como tercera fuerza política y con vigor. Aunque, ya saben. Creo haberlo dicho con anterioridad, incluso en el título. Como buenos españoles, somos truhanes, pícaros, bribones; así lo marca nuestra historia y así lo seguimos demostrando. Mientras en el S.XVIII Europa progresaba en este gran siglo de luces, España seguía persiguiendo el arcaico absolutismo y luchando por él. En pleno 2015 aún seguimos con los mismos ideales caducos y desfasados. Pero luego no se quejen por la coyuntura actual, si los mismos han vuelto a ser elegidos por nosotros tendremos lo mismo, somos los soberanos y como tales hemos vuelto a preferir seguir a la cola del progreso y el avance, hemos vuelto a elegir a los corruptos y a los gañanes. Lo hemos vuelto a hacer, como buenos españoles.

Rodrigo Quesada / @Quesadacid

3 comentarios:

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  3. Igual que en la Nucía, que parece que nos gusta que nos roben. Un saludo.

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